
Fuerte presencia de la oposición en la inauguración de Palermo.
En un año cargado de obstáculos para el campo, por la despiadada sequía y la continuidad de políticas intervencionistas sobre el sector, además del impacto de las retenciones y la brecha cambiaria, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, en su discurso de inauguración de la 135º Exposición Rural de Palermo, fue duro con el Gobierno de cara a las elecciones y habló de un “campo minado de problemas por estallar”.
“Hacemos un llamado de atención, especialmente a las personas que ambicionan ocupar cargos públicos en las próximas elecciones. El campo no va a ser un espectador pasivo, va a ser protagonista de la realidad nacional, de una nueva Argentina. Estamos eligiendo, ya, a servidores públicos a quienes confiaremos el rumbo del país. ¿Cuándo será el día en que un Gobierno saliente no deje al siguiente un campo minado de problemas por estallar? ¿Cuándo será el día en que el Gobierno que asuma no se cruce de brazos, quejándose de la famosa ‘pesada herencia recibida’?”, enfatizó.
En un discurso que se prolongó por casi 50 minutos y cosechó muchos aplausos, el presidente de la Rural, con tribunas embanderadas de banderas celestes y blancas y repletas de socios, delegados y productores, no solo se refirió a los problemas del sector, trazando una radiografía del impacto de la sequía y otras problemas como la propiedad privada, sino que puso el foco en mostrar que las políticas implementadas para el sector no funcionaron.
Entre otras autoridades, en el palco Pino estuvo acompañado por el jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, aplaudido al ingresar, lo mismo que Patricia Bullrich, recibida con grandes aplausos y que se ubicó a pocos metros en otro sector del palco. Pese a que en un comienzo se habló de que iba a estar el secretario de Agricultura Juan José Bahillo, no concurrió, reportó Mariana Reinke para La Nación
Luego de cantar el Himno Nacional Argentino, acompañado de una orquesta, Pino apuntó sobre la sequía: “Han quedado al descubierto las pésimas políticas agropecuarias que los gobiernos han instrumentado en la Argentina en los últimos 80 años. Esas malas políticas las pagamos todos. Nuestra producción está estancada, trabada, debilitada y, si las condiciones impositivas y macroeconómicas cambiaran, podríamos producir mucho más. Más allá de la sequía, el campo tiene otros problemas. Uno de ellos es el ataque que sufre la productividad del sector, y sus intereses legítimos, amparados por la Constitución Nacional. Otro: el desarraigo creciente de los productores”, lanzó.
Luego, apuntó contra el Gobierno por las últimas medidas para el sector, en referencia al dólar maíz que tiene un tipo de cambio de $340 para la exportación, que en realidad “nunca llegan a los productores”.
“No nos dan previsibilidad. Que quede bien claro, que estas medidas se toman por una necesidad financiera del Gobierno y no en beneficio de todo el sector. Necesitamos reglas claras, justas y previsibles que generen confianza y se puedan instrumentar. Estamos cansados de anuncios que nunca llegan a los productores”, enfatizó.
Más tarde, tuvo una frase para el Congreso e incluso para el Gobierno que busca que haya sesiones solo cuando tiene un interés: “Al mismo tiempo, el Poder Legislativo descuida su trabajo. Estamos en julio y las sesiones de los legisladores pueden contarse con los dedos de la mano; dejan a nuestro sector sin leyes fundamentales, desconectando a la Argentina de la evolución tecnológica, o fuerzan sesiones sin sentido con el único fin de manipular al Poder Judicial”.
La gente, con banderas argentinas, acompañaba con aplausos y clamor cuando el dirigente puso énfasis en que el Estado actúa como “socio desleal y forzoso, a través de impuestos confiscatorios, discriminatorios y distorsivos, que se van acumulando sin lógica ni sentido, en todos los niveles”.